Como Henry Blodget manifiesta el Ticker diario del jueves, cubriendo la fusión de US Airways y American Airlines, "todo el mundo odia volar". Y, sí, vuelo comercial--con sus frecuentes retrasos, humillaciones de línea de seguridad, espacios encogidos y ofertas de comida parecida a la goma, para nombrar sólo algunos--puede ser una experiencia desagradable.
Pero volar no es tan mal estos días en comparación con crucero, al menos no cuando consideras el último desastre presentado a usted por Carnaval Cruise líneas (CCL).

Desde el domingo, 10 de febrero, cuando un incendio a bordo dañado el sistema de propulsión de la nave irónicamente llamado triunfo, el previsto viaje de cuatro días al Caribe se ha convertido en su lugar en una pesadilla de Dante-esqe proporciones. Con la nave incapaz de vela y falta de energía, sistemas de alcantarillado, aire acondicionado y calefacción, los 3.142 pasajeros y tripulación 1.086 miembros a bordo han quedado varados en el Golfo de México--hambre, enfermó y, según informes, reducción a defecar en bolsas de plástico y orinar en las duchas. El New York Times describe un casi "Señor de las moscas"-como la búsqueda de la supervivencia, dotado de acaparamiento de alimentos y botella de vino-robar en medio de los nervios cada vez más desgastados y un hedor repugnante.
El horror a bordo puede llegar a su fin el jueves último, como tres remolcadores han sido tirar el bote de 900 pies hacia la orilla en Mobile, Alabama Pero incluso eso se convierte en un desastre--rompió la línea de remolque, retrasando la llegada de la nave en el puerto. A partir de ahora, el carnaval ha hecho la jugada de cancelar una docena de cruceros previstas a bordo de triunfo, que la empresa admite que había sufrido otros problemas mecánicos en las semanas antes del incendio.
Marcas negras para la industria
Este incidente es otra para agregar a la lista de las últimas marcas negras para la industria de cruceros, que van desde las pérdidas de energía a los brotes de norovirus a desastres fatales. En marzo del año pasado, un incendio en el crucero Costa Allegra, propiedad de la filial de Costa Cruceros de Carnival, condujo a una similar falta de energía, alimentos y situación de plomería para más de 600 pasajeros. Un fuego de la sala de máquinas en 952-pie de Splendor de Carnival en noviembre de 2010 dejó a más de 3.000 pasajeros varados durante tres días. Azamara Club Cruises, cuya matriz es Royal Caribbean (RCL) y el crucero mexicano Ocean Star Pacific sufrió también poder matar incendios en los últimos años.
Recuerdos están todavía frescos de desastre del Costa Concordia del año pasado, en el que un hundimiento parcial del italiano crucero condujo a la pérdida de 32 vidas y múltiples cargos de homicidio contra el capitán, Francesco Schettino, que al parecer huyó de la escena en un bote mientras varios pasajeros y tripulantes fueron todavía a bordo.
Naturalmente, estos incidentes representan sólo una fracción de la experiencia del barco de crucero, que más a menudo que no deja a sus clientes felizmente bronceado y mullido con comida buffet. ¿Pero estas ocurrencias muy publicitadas, con detalles gráficos y vídeo desgarradora, tienen algún efecto sobre los números de la industria?